Esta es la confesión de los planes de Brasil para recrear en latinoamérica una nueva URSS
Es este país y no Cuba ni Venezuela, es el que lleva adelante la política del Socialismo del Siglo XXI, siempre obteniendo rédito económico y comportándose como un verdadero imperio moderno.
Ahora van a castigar brutalmente al Paraguay por no acatar sus órdenes y tener un pensamiento político y económico/social distinto, sin ideologías
El asesor en asuntos internacionales de Brasil,
Marco Aurelio García, en un artículo escrito en la revista trimestral “Política
Externa” del vecino país, desnuda el proyecto de Brasil de apoyar un modelo
bolivariano en Paraguay, bajo la presidencia de Fernando Lugo. Por otro lado,
reconoce que nuestro país no aprobó el ingreso de Venezuela al Mercosur. El
texto de referencia tiene como llamativo título: “Mercosur es igual a menos
Paraguay y más Venezuela”, como un preludio de lo que finalmente está ocurriendo.
El influyente hombre de la diplomacia brasileña,
Marco Aurelio García, hizo un análisis de la situación paraguaya, del porqué de
la caída de Fernando Lugo. El escrito fue publicado en la revista trimestral
“Política Externa” del vecino país.
Para García, Lugo había ganado las elecciones, mas no el poder.
“Esto porque el poder no es un lugar que se pueda tomar como la izquierda creyó durante un cierto tiempo. El poder es, antes, la expresión de una correlación de fuerzas que envuelve factores económicos, sociales, políticos y culturales. Para alterar esa correlación de fuerzas no basta llegar al gobierno, menos a una parte de ella, como ocurrió en Paraguay.
Es necesario tener ideas e instrumentos de movilización capaces de construir mejoras en torno a un proyecto de cambio”, analiza.
Para García, Lugo había ganado las elecciones, mas no el poder.
“Esto porque el poder no es un lugar que se pueda tomar como la izquierda creyó durante un cierto tiempo. El poder es, antes, la expresión de una correlación de fuerzas que envuelve factores económicos, sociales, políticos y culturales. Para alterar esa correlación de fuerzas no basta llegar al gobierno, menos a una parte de ella, como ocurrió en Paraguay.
Es necesario tener ideas e instrumentos de movilización capaces de construir mejoras en torno a un proyecto de cambio”, analiza.
Agrega que la avalancha de cambios sociales y
políticos por las cuales va pasando América del Sur en los últimos 15 años
abría tres caminos para dar gobernabilidad a los presidentes. Y en esta parte
señala –casi cuestionando a Lugo– que el expresidente no ha sido capaz de instalar
“un nuevo orden” como el que se estaba imponiendo en países como Venezuela,
Ecuador y Bolivia, bajo el régimen bolivariano.
“En un país donde había correspondencia automática
entre la votación para el Ejecutivo y el Legislativo, cabía al Presidente construir
una mayoría parlamentaria con base en acuerdos programáticos y la conformación
de un ministerio que refleje una coalición hegemónica”, acota.
Agrega que en aquellos países, donde el ingreso de
nuevos actores sociales en la escena política se encontraba con instituciones
obsoletas, hacían transformaciones políticas profundas, capaces de viabilizar
las promesas de reformas económicas y sociales que habían llevado a los nuevos
gobernantes al poder.
“Se imponía, en este caso, la necesidad de una
refundación institucional, que se ajustase a la nueva correlación de fuerzas
reveladas en las urnas.
En la mayoría de los casos, esa ansiedad de refundación puso en el orden del día la convocatoria de Asambleas Constituyentes capaces de diseñar una nueva institucionalidad. Este fue el camino seguido, en la última década, por Venezuela, Ecuador y Bolivia. Las constituyentes hicieron surgir en estos tres países un nuevo orden constitucional, legitimado en referendos populares, y conferían a sus presidentes la gobernabilidad de la que carecían sus antecesores.
Lugo no siguió ninguna de estas alternativas”, señaló García.
En la mayoría de los casos, esa ansiedad de refundación puso en el orden del día la convocatoria de Asambleas Constituyentes capaces de diseñar una nueva institucionalidad. Este fue el camino seguido, en la última década, por Venezuela, Ecuador y Bolivia. Las constituyentes hicieron surgir en estos tres países un nuevo orden constitucional, legitimado en referendos populares, y conferían a sus presidentes la gobernabilidad de la que carecían sus antecesores.
Lugo no siguió ninguna de estas alternativas”, señaló García.
Asegura que el gobierno de Lugo no logró construir
una base parlamentaria que le haga efectivo el sustento ni convocó a los
movimientos sociales para presionar en favor de un cambio institucional que
permitiese realizar los cambios exigidos por sus electores.
“A consecuencia de esta indecisión sobre el camino
a seguir se dio por un lado la desmovilización de sus bases sociales y, por
otro, una creciente movilización de los partidos políticos y grupos
tradicionales en contra del Presidente, incluyendo a los liberales (aliados
para las elecciones).
Ingreso de Venezuela
García, al referirse a la causa de la destitución
del presidente Fernando Lugo en 2012, menciona como “otro elemento de carácter
coyuntural más relevante” el caso de la masacre de Curuguaty.
“El lamentable y hasta ahora oscuro episodio hace parte de una serie de conflictos en el campo paraguayo, que el Gobierno venía soportando desde un inicio”, dice.
“El lamentable y hasta ahora oscuro episodio hace parte de una serie de conflictos en el campo paraguayo, que el Gobierno venía soportando desde un inicio”, dice.
Menciona, por otro lado, que el Parlamento
paraguayo también cuestionó duramente la firma del nuevo protocolo democrático
del Mercosur, más conocido como Ushuaia II.
“No pasó desapercibida la hostilidad de
parlamentarios anti Lugo hacia el protocolo Ushuaia II. Los senadores
consideraban que ese documento golpeaba la soberanía de Paraguay e hicieron que
su aprobación por Fernando Lugo (ad referéndum del Senado) sea uno de los
argumentos centrales de la acusación constitucional para su destitución”, acota.
Finalmente, el influyente funcionario se refiere a
la suspensión de Paraguay del Mercosur y reconoce que el ingreso de Venezuela
se realiza pese a que Paraguay no lo aprobó.
“En la reunión de Mendoza, Argentina, Brasil y
Uruguay decidieron también, por consenso, resolver una cuestión pendiente hace
años: la formalización del ingreso de Venezuela al bloque, aprobada por los
Congresos de los países del Mercosur, a excepción de Paraguay”, manifiesta.
García es integrante del Consejo Editorial de la
revista en la que escribió su opinión.
Artículo extraido de ABC Color publicado el 14/07/2013
Fernando Palacini - 15/07/2013 - Asunción - Paraguay
Artículo extraido de ABC Color publicado el 14/07/2013
Fernando Palacini - 15/07/2013 - Asunción - Paraguay
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